viernes, 1 de abril de 2011

¿BUENO PARA COMER?


¿Somos lo que comemos o comemos como somos?. En la escuela a los niños se les enseña que el ser humano es un animal omnívoro (del latín omnis = todo), es decir, que come de todo. Pero habitualmente no se explica lo que ello quiere decir de verdad. Que un animal sea omnívoro significa que tiene un sistema digestivo capaz de aprovechar los nutrientes de multitud de alimentos.  Un caballo, por ejemplo, no podría sobrevivir comiendo carne, o un caimán sería incapaz de digerir la hierba.  Sin embargo, aunque teóricamente podríamos comer de todo, no lo hacemos, y procuramos elegir lo que comemos o no. Entonces,  ¿qué nos mueve a ello?, ¿por qué nos empeñamos en comer unas cosas y desdeñamos otras?. Les propongo hoy un viaje por los usos , costumbres  y dilemas de la gastronomía universal.


El ser humano primitivo, sin duda, tuvo una alimentación mucho más variada que el actual.  Pero, a medida que se fue sedentarizando,  esta variedad se fue reduciendo paulatinamente. En el proceso de elección de los alimentos contó, obviamente, el factor de la cercanía. Según el ambiente en el que se aventuraron las comunidades humanas, encontrarían distintas plantas o animales que podrían servirle de sustento. Aún así, siempre se tomaron unos con preferencia y a otros se les dio un papel secundario.  El antropólogo Marvin Harris sustentaba la teoría de que los alimentos preferidos reúnen, en general, más energía, proteínas, vitaminas o minerales por unidad que los evitados”, pero también “los alimentos preferidos (buenos para comer) son aquellos que presentan una relación de costes y beneficios prácticos más favorables que los alimentos que se evitan (malos para comer)”. Por eso, los cereales y las legumbres, en sus diferentes especies,  son la base de la alimentación humana, porque se pueden obtener en gran cantidad con cierta facilidad y poseen un gran valor nutritivo. 


Al margen de esto, cada cultura, desde muy antiguo, ha creado unas conductas, unas creencias  y unos hábitos alimenticios que le son propios y, de entrada, incompatibles con los de otras culturas. Y es que la alimentación no es sólo un hecho biológico sino también cultural. No hay cosa que plantee más desacuerdo entre las civilizaciones como las preferencias en la comida, más aún que los idiomas. En la Castilla del siglo XVI, muchos judeoconversos fueron acusados de no ser cristianos porque se negaban a comer carne de cerdo, y es que es más fácil, incluso, cambiar de religión que de paladar. Del mismo modo que los antiguos egipcios sentían repugnancia por los huevos de gallina, los chinos actuales se mueren de asco ante un vaso de leche de vaca. En Europa miran con asombro que en muchos lugares de América se coman iguanas, y sin embargo gozan de gran prestigio los crustáceos o los caracoles. En África, los masai detestan la fruta,  pero tienen como una delicia la mezcla de sangre de vaca con leche cruda. Y en la isla de Nueva Guinea hay pueblos que no pueden comerse nada que no haya sido cocido al fuego. Por otro lado, los Inuit de América del Norte aborrecen que se les llame “esquimales”, porque éste es un término despectivo que significa “comedores de carne cruda” con que fueron llamados por sus vecinos los algonquinos.  


En otro nivel tenemos los alimentos que sólo son consumidos por una pequeña parte de los miembros de una comunidad. Es decir, que son incluso raros en sus propios países. Veamos algunos ejemplos:

El garum. Era una salsa “muy aromática” que se producía en España durante la época romana, obtenida de la fermentación de vísceras y restos de pescado. Era consumida sobre todo por las clases privilegiadas del Imperio, mezclada en la preparación de diferentes platos.
Ruinas de una fábrica de garum en Baelo Claudia (Andalucía, España)
Los nidos de golondrina. Se trata de una especie de golondrina marina de Filipinas que construye sus nidos en los acantilados con sus secreciones salivares. Éstos son muy apreciados en el sureste asiático y se consumen en sopa.

Kopi Luwak. Es un café elaborado con los granos comidos, y luego defecados por un mamífero indonesio llamado luwak. Una vez lavados y tostados se venden como el café más caro del mundo.

Criadillas. Son testículos de toro, o de carnero, que en España gozan de gran prestigio entre algunos comensales. ¿Vendrá su nombre de ese refrán que dice “de lo que se come se cría”?.
Criadillas, tal cual
Hormigas culonas. En Santander (Colombia), son consumidas desde la época pre-hispánica estas hormigas de abdomen abultado, aunque, eso sí, quitándoles las alas y las patas.
Hormigas culonas, sin chistes fáciles
Sesos de mono. En el África ecuatorial son tenidos como un manjar exquisito sólo al alcance, y al gusto de pocos.
El seso es lo de dentro
Feto de cabra. En la India, país mayoritariamente vegetariano, hay muy pocas personas que estén dispuestas consumir esta rareza (y a pagar también por la madre del feto).

Casu marzu. Y no nos podemos olvidar de esta “delicia” de queso típica de la isla de Cerdeña (Italia), que se trata básicamente del excremento de las larvas de una especie de mosca que pone sus huevos en el queso.  

Delicia sarda
Son, como se ve, unos pocos ejemplos de alimentos “raros”.  Normalmente esta rareza suele explicarse por el hecho de que contravienen ciertos prejucios culturales (como el comer fetos, excrementos o sustancias putrefactas), o porque su escasez y alto precio ya los hace en sí raros. Dentro de estos alimentos estarían también los conocidos como “afrodisíacos” (de Afrodita, diosa griega del amor), cuya función, al margen de su valor nutritivo, sería la de proporcionar estímulo para la actividad sexual. Tal es el caso de las ostras, el caviar, el cuerno de rinoceronte, o los ya nombrados nidos de golondrina o criadillas. Hay que decir, que, desde el punto de vista científico, no está probada la eficacia de estos “manjares”, y que la cosa tiene que ver mucho con la imaginación. A propósito de esto, la brillante escritora Isabel Allende, en el epílogo a su obra titulada “Afrodita”, nos cuenta lo siguiente:

“Apetito y sexo son los grandes motores de la historia, preservan y propagan la especie, provocan guerras y canciones, influyen en las religiones, la ley y el arte. La creación entera es un proceso ininterrumpido de digestión y fertilidad; todo se reduce a organismos devorándose unos a otros, reproduciéndose, muriendo, fertilizando la tierra y renaciendo transformados. Sangre, semen, sudor, ceniza, lágrimas y la incurable imaginación poética de la humanidad buscando significado…
 Después de dar un par de vueltas completas por el mundo de los afrodisíacos, descubro que lo único que en verdad me excita es el amor.”

Así que ya saben (jajajá).

Debemos, finalmente,  también echar un vistazo a los alimentos universales, ésos que se han popularizado con la globalización económica y cultural de los últimos tiempos. Harris sobre esto nos dice:

“Con la aparición de las empresas transnacionales dedicadas a la producción y venta de comestibles en el mercado mundial, nuestros hábitos dietéticos se ven constreñidos por una forma de cómputo de costes y beneficios cada vez más precisa, pero también más parcial. En grado cada vez mayor, lo que es bueno para comer es lo que es bueno para vender. Además, la opulencia ha resultado tener sus propias e imprevistas limitaciones en forma de costumbres alimentarias cuyos peligros derivan no de la escasez, sino de la abundancia excesiva de alimentos.”

De aquí concluimos que muchos alimentos que se consumen actualmente por gran parte de la humanidad no son elegidos por su aporte dietético sino porque la publicidad que se hace de ellos nos induce a devorarlos.  Y, en la gran mayoría de los casos, estos alimentos desnaturalizados y excesivamente transformados no sólo han perdido gran parte de sus nutrientes naturales, sino que su excesivo consumo puede poner en riesgo nuestra salud. Porque no hay que olvidar que nuestro sistema digestivo sigue siendo el mismo que el de la humanidad primitiva, que no estaba capacitado para asimilar cantidades ingentes de azúcares, grasas, ni compuestos químicos artificiales. Y nuestro planeta también sigue siendo el mismo, y el derroche absurdo de recursos naturales, la ingeniería genética y el abuso de plaguicidas en la producción de alimentos a gran escala están dañando el equilibrio de la biosfera. Por otro lado, el producir alimentos sólo para satisfacer al mercado y no a las personas, hace que en unos lugares se destruyan los excedentes mientras que en otros la gente muere de hambre. Es para pensárselo. 


Y les dejo con tres vídeos. El primero es un fragmento de la película griega “Un toque de canela”, del director Tassos Boultemis (2003). El segundo corresponde a la película mexicana “Como agua para chocolate”, del director Alfonso Arau (1992), basada en la novela homónima de Laura Esquivel. Y el tercero es un cortometraje también mexicano titulado “Receta de Familia”, dirigido por Esteban Martínez (2009). Buen provecho.





Saludos.

21 comentarios:

  1. Es cierto que somos lo que comemos. Cada alimento ingerido se traduce, como bien apuntas, en un conglomerado de elementos, no solo de nutrientes sino quimicos que, a su vez, tendran una clara manifestacion en nuestra conducta y comportamiento. Por ejemplo: una naranja, contiene, como sabemos, acidos astringentes y antibioticos muy interesantes, vitaminas del tipo C, fibra, azucares minerales, etc., y, no comporta adiccion. Sin embargo, la carne roja, con sus aportes de serotonina, melanina, adrenalina, oxitocina (entre otros), si conlleva a la adiccion y, por consiguiente, al desarrollo de un caracter y una conducta mas agresivas, menos pacientes,mientras que,por lo general, en el caso de una dieta mas equilibrada, mas tendente a la macrobiotica o de inclinacion vegetariana, los tonos de comportamiento, suelen ser mas placidos. Podriamos hablar de las alteraciones de sueño, cutaneas, digestivas, capilares o, mas exclusivamente, de salud en terminos generalistas.
    Aunque suene raro: es mejor tomar una manzana, que un bistec.

    Besotes, compañero!

    ResponderEliminar
  2. Niego la mayor: el bicho humano no es omnivoro, sino berzivoro. O dicho a la pata la llana lo único que nos autorizan a comer todos los galenos son berzas y aun así con ciertos reparos que no todo lo vegetal es bueno pa to. En resumidas cuentas que más que omnivoro somos nadivoros: o sea no deberíamos comer de nada para tener una salud perfecta. Eso sí, poco tiempo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. ¡Hijo mío, ahora mismo me has dejado que no sé si tengo hambre, o quiero ir a vomitar! jejeje... Bromas aparte, yo creo que somos carnivoros (antes que "moni" o "herbi") por una sencilla razón, tenemos dientes caninos, colmillos, cosa que solo tienen los "carni"...

    No creo la tesis de que nuestros alimentos preferidos sean los más nutririvos, es imposible que instintivamente, sepamos que lo que nos entra por los ojos es más bueno (yo no puedo con las acelgas, y desconozco que vitaminas tienen y adoro las espinacas, y me pasa lo mismo, ignoro sus propiedades nutririvas)

    Y en lo cultural, yo creo que se debe más a lo que noes entra por los ojos: O sea, tu me invitas a comer un estofado de carne, y al terminar te digo, ¡qué rico está! y me dices: "¡Pues es el perro de mi abuela, se murió ayer y había que reciclarlo!" y entonces te diré, pues el perro estaba bueno... pero si de primeras, antes de probarlo, me dices: "Mi abuela ha hecho estofado con el perro" pues no te molestes, porque entonces ya no hago ni por probar... este ejemplo me pasó en un chino con "callos de triburón" (su estómago cocido y cortado en tiras) que me atiborré porque me encantaban, sin saber lo que eran, ahora no le haría ascos (por cierto el tiburón en vez de tener el estómago por dentro en celdas hexaginales, como los callos de vaca, tienen una superficie rugosa, de tacto como el terciopelo áspero o el de nuestra lengua)

    ResponderEliminar
  4. La duda que me queda es hasta que punto ese hombre que fue primero cazador i después recolector no ha visto condicionada su cultura dietética por la fauna y la flora de las tierras que habitó o si el fenómeno fue al revés que lo que cultiva y los animales que cría son fruto de la dieta por la que optó. En el mundo globalizado todo esto se perdió, pero por ejemplo, sé que el tomate y la patata que ahora forman parte de nuestra dieta mediterránea, son oriundos de América y se incorporaron a esa dieta después de los viajes de Colón... O que la patata fue la solución a las terribles hambrunas periódicas de la meseta castellana.

    Un post interesantísimo. Muchas gracias.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Lo peor de todo esto es que al final se come por gula, independientemente de que lo que comamos sea "bueno" o "malo".

    Por cierto, de esos manjares que enumeras, exceptuando las criadlillas ("turmes" en mi zona) no he probado las demás, pero si algo no creo que catase nunca son los Nidos de Golondrinas. Me produce una repugnancia indescriptible.

    Nutritivos saludos

    ResponderEliminar
  6. Cósimo:¡Cuánta erudición!. Pues acabas de dar una explicación científica a lo que normalmente se tiene por un cuento chino. De hecho, si observamos la naturaleza, los animales herbívoros suelen ser menos agresivos en su comportamiento que los carnívoros. El problema de ingerir carne de animales criados en cautividad es que, además, nos tragamos también todos los antibióticos y hormonas con los que son tratados. Aunque la verdad es que este asunto me recuerda al dilema de qué fue primero, si la gallina o el huevo. El hecho es que hay personas que eligen de entrada el ser vegetarianas porque es algo que concuerda con sus principios y su idea de ver la vida, al margen de que, luego, la alimentación vegetariana tenga repercusiones a nivel neuronal. Ah, y te puedo contar que yo fui vegetariano extricto durante 5 meses y dormía como un lirón (jajajá).

    Joaquinitopez: Jajajá, tienes más razón que un santo. Es verdad que los médicos quitan todo lo bueno de la dieta y dejan sólo lo insípido y de poco sustento (jajajá). Incluso las berzas son malas para quien padece de cálculos renales. Aunque, salvo que haya algún problema serio de salud, creo que lo ideal es el equilibrio: comer de todo un poco y sin excesos. Y además, sin el placer de comer nuestra supervivencia se haría muy difícil.

    O.G.G:: Pues mira, resulta que existía la creencia generalizada de que el ser humano primitivo era preferentemente carnívoro, de ahi que tengamos colmillos, pero estudios paleontológicos recientes, analizando el sarro de los dientes, han demostrado que también comían vegetales, y por eso tenemos muelas. Y bueno, no se´si conocías a Marvin Harris, pero ese antropólogo tenía como una obsesión de encontrar una explicación materialista y matemática a todo. Y, efectivamente, en la Edad de Piedra los alimentos que podían encontrar nuestros antepasados no traían una etiqueta mostrando sus nutrientes. Además, admiro que seas poco aprensivo a la hora de comer; yo, de entrada, no comería algo que no supiera "lo que es" por muy buen sabor que tenga.

    Peace-for-ever: Pues no te quepa duda de que, en principio, el ser humano echó mano de lo que encontraba cerca. Y en base a eso construyó su cultura dietética. Y, si se traslada a otro lugar, lleva consigo los animales y las semillas de aquello que está acostumbrado a consumir. Y lo cierto que el decubrimiento de América por parte de los europeos produjo una revolución en la alimentación del Viejo Continente, porque, sin duda, esos nuevos alimentos que llegaron de allí llenaban mejor los estómagos que los que había hasta entonces. Pero, así y todo, hubo reparo en comerlos, incluso se creía que el tomate o las papas (patatas) eran venenosos, y no se cultivaron en Europa hasta el siglo XIX.

    Gracias, saludos y besos para todos.

    ResponderEliminar
  7. ◊ Dissortat ◊: Pues sí, yo también creo que al final comemos lo que nos da la gana y cuando nos da la gana, siempre que podamos elegirlo, claro. Y yo de esos manjares la verdad es que no he probado ninguno, pero lo de los nidos de golondrina es de lo más asqueroso, es que, al fin y al cabo, ¡son babas, tío! (jajajá). Y lo de comer excrementos de otros animales ya es de lo último (jajajá). Saludos y besos.

    ResponderEliminar
  8. Kopi Luwak, me dio asco, jejeje

    Siempre he querido leer afrodita, pero en la universidad no me dejarón y me obligaron a leer otro, jejeej

    El surrealismo latinoamericano reflejado en esa receta de laura esquivel, es sublime.

    Besos rober

    ResponderEliminar
  9. Diego: Lo del Kopi Luwak es pura mierda, y nunca mejor dicho (jajajá). En cuanto al libro Afrodita, yo lo compré hace unos años y te puedo decir que de pocos libros he gozado tanto. Aunque al final trae unas recetas que son algo difíciles de hacer. Isabel Allende es una escritora maravillosa, y es siempre un placer leerla. ¿Pero a qué Universidad fuiste donde prohíben libros?, ¿estás bromeando?. Bueno, y en cuanto a Laura Esquivel, es otro genio de la literatura, y es verdad que en esa receta se condensa mucho de la cultura surrealista latinoamericana, que a mí, particularmente, también me resulta sublime. Y no me digas que no tiene gracia el cortometraje mexicano (jajajá). Besos, cielo.

    ResponderEliminar
  10. Hace poco oí en la BBC que dos de los negocios más exitosos del mundo ha sido el de los cereales para el desayuno y el del agua embotellada. Es todo márketing como tú muy bien dices.
    Desde hace unos meses tengo dos gatos a sumar a los dos perros que ya tenía. Al comprar las latas de comida puedes ver que la relación precio/cantidad es mucho más alta en la comida de los gatos. Es lógico, un gato come menos y suben artficialmente el precio de la lata. Pero en realidad un lata de carne de pollo para perros tiene exactamente lo mismo que una para gatos y cuesta la mitad.

    Respecto a las comidas extrañas, la verdad es que no soy escrupuloso. Me encantan las criadillas, pero en Canarias no las venden... Las como en casa de mis padres cada vez que voy a verlos...

    Besos...

    ResponderEliminar
  11. Inqueerer: Pues sí, eso que apuntas es un buen ejemplo de cómo el márketing puede influir en nuestras costumbres alimenticias. Y no sabía ese dato sobre la comida de los gatos, es realmente escandaloso. Por cierto, yo tenía un gato al que también le daba de vez en cuando una lata de comida y, al abrirla, me olía tan bien y tenía una pinta tan rica que si no supiera que era comida de gatos me la hubiera comido tan a gusto (jajajá). Y, con respecto a las criadillas, es cierto que en Canarias son una cosa extraña, y quizás yo tenga una imagen distorsionada de ello y habré metido la pata al incluirlas como comidas raras. Debí haber puesto las raíces de helechos que sí come alguna gente por aquí, o el queso majorero, sin ir más lejos (jajajá). Besos, cielo.

    ResponderEliminar
  12. Fascinante y completísimo informe sobre la ingesta adecuada de alimentos, con una enorme información y su justa cuota de humor. Me encantó!

    Muchas gracias por tu recibimiento, muy generoso de tu parte.

    BESOTES Y A SEGUIR DISFRUTANDO DEL DOMINGO!!

    ResponderEliminar
  13. Stanley: Gracias a tí por pasarte por mi humilde blog. Ya ves que mis posts tienen ese aire enciclopédico, pero no puedo remediar el poner siempre algo de "sal" y "pimienta" (jajajá). Tú eres de mis primeros seguidores y eso es de agradecer cuando uno está empezando en esta aventura. Besos por todo, y ya sabes que estás en tu casa.

    ResponderEliminar
  14. Yo también creo que somos por naturaleza omnivoros y que el sedentarismo y la presión cultural nos ha empujado a elegir sólo unos cuantos alimentos. Cada vez que viajo procuro probar alguna de esas "delicatessen" locales y así he comido serpiente, cocodrilo, avestruz, algas, medusas, o larvas de hormigas por poner unos ejemplos. Y para mi sorpresa debo reconocer que todo me ha gustado... aunque alguno tenía un aspecto a priori "no muy agradable" por decirlo suavemente ;)

    Un beso (alimenticio)

    ResponderEliminar
  15. jaja Ya estoy por aquí, cari.... dispuesto a comerme lo que sea, jaja. Eso si, no creas que yo siempre pienso quién sería el primer tipo que se comió una nécora o una centolla, jaja. Yo creo que es muy enfermizo eso de comer solo cosas vegetales como esos que ahoar se llaman "veganos", pero tb. te digo que hay cosas que no como ni comería, ocmo insectos, sesos, criadillas, ni el café ese que le sale por el culo a un bicho, jaja, aunque he probado los caracoles.

    qué comemos lo que nos manda la publicidad? puede ser, pero tb. hay el gusto personal, no? La publicidad puede hacer que algo se venda, pero no va a conseguir que yo coma gusanos, por ejemplo, ni aunque los envase Coca-cola, jaa


    Bezos.

    ResponderEliminar
  16. Parmenio: Pues sí, la cantidad de animales y plantas que nos sirven de alimento habitualmente es realmente escasa en comparación con toda la biodiversidad. Y ya veo que tú tampoco eres muy tiquismiquis a la hora de probar cosas nuevas, yo sería incapaz a no ser que me estuviera muriendo de hambre. Pero, bueno, todo es cuestión de costumbre y de herencia cultural.

    Thiago: Bienvenido al mundo de la fantasía (jajajá). Las nécoras son feas de verdad, y asustan, debió descubrirlas alguien muy hambriento. Lo de comer sólo vegetales puede producir carencias nutricionales y problemas óseos, entre otras cosas, y, como dices, puede llegar a ser enfermizo. En cuanto a gustos culinarios, veo que andamos por el mismo nivel, yo también probé de niño los caracoles, pero hoy ni de lejos (jajajá), como tampoco esas delicias que apunto en el post. En cuanto a la publicidad, ésta suele estar centrada en productos que ya se consumen, pero ¿te acuerdas lo que pasó el año pasado con las bayas de gogi, que nadie conocía?. Se dijo que curaban mil cosas y se vendieron como pan caliente. Ahí está la cosa.

    Besos para todos.

    ResponderEliminar
  17. Ay, cari, que paellas y que "arroces a banda" he tomado por Castellón y Valencia, jaaj Yo solo comi arroz. Arroz y ensalada, que bueno todo, jaaj


    Bezos.

    ResponderEliminar
  18. DESPUES DE TODO LO KE HA LARGAO EL PERSONAL KE TE VOY A DESKUBRIR YO AMOR, YO SOBRE ESTO SOLO PIENSO KE DE LO KE SE COME SE CRIA Y KUANTO MÁS ANIMAL KOME UNO Y MÁS ANIMAL SE VUELVE Y POR ESO LOS VEGETARIANOS SON KOMO MAS FLOGÜER-POWER Y TAL Y EN KAMBIO LOS KARNIVOROS SON MAS BESTIAS Y LOS KE KOMEN PESKADO SE KEDAN ASÍ KOMO PALIDOS Y CHUCHURRIOS PERO TAMBIEN HAY MUCHO MITO AHI KE DEBEMOS DESTERRAR CIELO PQ POR EJEMPLO ESO DE KE KOMIENDO PAN Y CEBOLLA TE KRECE LA POLLA KON PERDÓN POR LO DE POLLA NO POR LA CEBOLLA, AJJAJA PUES ES FALSO PQ UN KOMPAÑERO DE TRABAJO KON POKAS LUCES ( MENOS KE EL TUNEL DE SOMOSIERRA EN PLENO APAGON ELEKTRIKO POR CIERTO AJAJAJ ) PUES OYO EL DICHO Y ESTUVO UN PAR DE SEMANAS KOMIENDO NO SÉ KUENTAS KANTIDADES DE CEBOLLAS HASTA KE NOSOTRAS MISMAS DIJIMOS "OYE TE KANTA EL ALIENTO KE MATA KORAZÓN" Y NOS CONFESÓ EL ASUNTO DE LA CEBOLLA Y KE SE LA HABÍA MEDIDO Y NO HABÍA CRECIDO NADA, KLARO, AUNKE NO SÉ SI TIENE EFEKTOS RETROACTIVOS Y IGUAL DENTRO DE UN MES SE PLANTA KON UN CACHARRO KE NI TE KUENTO, AJAJJA PERO YO LO DUDO ROBERT, CIELO, NO SÉ TU, AUNKE KIZÁS TU KE ERES MÁS ILUSTRADO DEBERÍAS HAZER UN POST SOBRE FALSOS MITOS ALIMENTICIOS KE DEBEMOS DESTERRAR KOMO LO DE LA CEBOLLA Y LAS POLLAS NO? KE HAY MUCHO ENGAÑAO Y ESE CHIKO NO SE SI SE HARÁ UN PROBLEMA EN EL ESTÓMAGO, AJJAJAJA...UN BESO CIELO, Y GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE POR AHÍ

    ResponderEliminar
  19. Thiago: Pues no me extraña que te gustara tanto, en la tierra de donde son originales las paellas es donde mejor las hacen, bueno, vamos a decir que en otros lugares las hacen también muy ricas (jajajá). ¿Y tomaste de postre arroz con leche?, sería el colmo (jajajá).

    Fassion: Bueno, eso de que de lo que se come se cría yo no lo generalizaría mucho, y creo que lo que hay es más bien ilusiones (jajajá). Pues no sabía eso de la cebolla aunque, en mi caso, la verdad es que no me hace falta (jajajá). ¿Te imaginas a las chicas atiborrándose de melones, o, aún peor, de bizcochos?.¡Qué fuerte!, jajajá. Y voy a apuntar esa idea que me das, que quizá haga un post de eso.

    Gracias y besos para todos.

    ResponderEliminar
  20. ¿BIZKOCHOS?....¿PARA KE SERÍAN BUENOS LOS BIZKOCHOS?...HUUUYYYYYYYY PICARO ROBERT KE ASOZIAZION MENTAL HAS HECHOS TUUUUU???

    ResponderEliminar
  21. Jajajá. Puestos a imaginar...(jajajá). Además, imaginar es gratis. Y me he quedado pensando eso de la cebolla. A partir de ahora, cada vez que se me acerque un hombre oliendo a cebolla que tumba, ya sabré que eso es señal de poca longitud de la cosa (jajajá). Un beso.

    ResponderEliminar

Usted dirá...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...