miércoles, 23 de noviembre de 2011

TRAVESTIDOS

Desde que el ser humano, allende los tiempos, sintió la necesidad de cubrir su cuerpo encontró también la manera de exteriorizar su propia personalidad, su yo interior, a través del vestido. De este modo, el vestido pasó a ser una marca de identidad, y una forma de presentarse como individuos ante los demás. La apariencia que los humanos empezaban a mostrar con el atuendo, por tanto, comenzó a servir para indicar la edad que se tenía, la posición social o el rol sexual que se ocupaba dentro de la comunidad. Según el Diccionario, travestido se dice del Disfrazado o encubierto con un traje que hace que se desconozca a quien lo usa”. Por tanto, el travestirse es una forma de denotar una personalidad diferente a la propia, o de mostrar la propia cuando ésta no se corresponde con los cánones establecidos sobre la vestimenta. Hoy el viento nos transporta al extraño y llamativo mundo de los travestidos.


Pero, ante todo, la vestimenta, esa apariencia más o menos artificiosa que construimos sobre nuestra piel, está muy ligada a la identidad sexual. Hombres y mujeres siempre han marcado su diferenciada idiosincrasia por medio del vestido, aún cuando éste se reduce a la mínima expresión. No obstante, hay que aclarar, que las marcas de diferencia obedecen siempre unos patrones preestablecidos, más o menos consensuados dentro de cada sociedad, y que no necesariamente son compartidos o comprendidos por el resto de las sociedades. Un ejemplo de ello lo tenemos en el uso de la falda, que es una prenda de vestir que en unas sociedades puede ser entendida como un signo de identidad femenina, mientras que en otras es todo un emblema de virilidad.

Mujeres con faldas pintadas en la cueva de El Cogul (Cataluña, España).
 Podrían datar de hace  8.000 años.

Lo mismo pasa con el maquillaje y los complementos del vestido. En general, los hombres son poco dados a las complicaciones en este sentido, aunque en esto también hay diversidad de opciones.

Hombres Peul de Níger y Papúes de Nueva Guinea ataviados con sus mejores galas.

Por otro lado, la transgresión de los estereotipos sobre la vestimenta ligados al rol sexual a menudo se suele asociar a la transexualidad. Esto es una idea muy contemporánea, pero en las sociedades tradicionales esta cuestión no está del todo clara, y no es tan fácil de discernir. Un ejemplo de ello lo encontramos en los mahu de la Polinesia. Por lo general, los mahu eran unos hombres robustos y bien alimentados que vestían y vivían como mujeres, y que se mostraban como tales, incluso en su gesticulación imitaban los modos femeninos. Existía uno en cada aldea. Su presencia y razón de ser están cubiertas por el halo de misterio y el tabú que envuelven a muchos elementos de la cultura polinesia. En el escalafón social estaban en el nivel más bajo, similar al de los niños. Permanecían siempre en la soltería y ayudaban en todos los trabajos colectivos. Pero, sobre todo, servían de esclavos sexuales que atendían a los hombres solteros, con lo que se evitaban embarazos prematrimoniales. Cuando un mahu moría o se iba de la aldea, siempre era sustituido por otro. Por lo general, eran educados así desde niños, para que ocuparan luego ese oficio en la edad adulta.


Muy diferente de la vida de los mahu, que pasaban casi toda su existencia en la soledad y medio apartados de la sociedad, es la de los eunucos hindúes, también conocidos como hijras. Se reúnen en clanes, o grandes familias, y suelen ocupar territorios bien definidos dentro de las ciudades. Suelen tener mala fama por su comportamiento desenfadado y, a veces, excesivamente vulgar, pero también son temidos porque sus maldiciones se consideran muy poderosas. Sin embargo, su presencia en los partos es vista como un signo de buen augurio. Suelen vivir de las propinas que reciben por sus cánticos y danzas en fiestas, y por sus bendiciones, aunque algunos también se prostituyen. Para formar parte de su cofradía los aspirantes han de pasar, como primer paso de la iniciación, por el peligroso trance de la castración completa, a pesar de que se trata de una práctica prohibida en La India, y no todos sobreviven a ella. Y, aunque hoy sean un grupo social en decadencia, en otros tiempos gozaron de un estatus privilegiado. Por ejemplo, durante el Imperio Mogol los hijras ejercían de cuidadoras de los hijos del emperador y consejeras de Estado, tenían amplias propiedades y sirvientes a su disposición, e inspiraban fe y respeto.


Otra situación bien distinta es la de los muxes de Oaxaca (E.U. Mexicanos), relacionados con la cultura zapoteca. Se trata de varones travestidos que asumen roles femeninos dentro de su comunidad. Los zapotecas tenían una organización social cuasi matriarcal, por lo que los muxes, en su papel de mujeres, podían tomar decisiones en el comercio o en la economía, que sólo eran competencia femenina. Algunos muxes eran los hijos primogénitos que sus madres educaban como féminas para que, andando el tiempo, se ocuparan de cuidar de la familia. Los muxes representan para sus madres tanto una seguridad económica como un apoyo moral, aunque algunos se emancipaban, se casaban y formaban su propia famila. Por otro lado, algunos muxes también ejercían un rol sexual, y se encarcaban de iniciar sexualmente a los varones adolescentes. En los años 70 se realizó un estudio antropológico en la región que ofreció como resultado el que aproximadamente ¡un 6% de la población masculina estaba compuesta por muxes!.

En torno a esta misma cuestión, el soldado español Pedro Cieza de León, en su “Crónica del Perú”, recogió a mediados del siglo XVI el testimonio de un tal Fray Domingo de Santo Tomás, que nos habla de una “extraña” costumbre entre los incas:

“Verdad es, que generalmente entre los serranos e yungas ha el demonio introducido este vicio debajo de especie de santidad. Y es, que cada templo o adoratorio principal tiene un hombre o dos, o más, según es el ídolo. Los cuales andan vestidos como mujeres desde el tiempo que eran niños, y hablaban como tales, y en su manera, traje y todo lo demás remedaban a las mujeres. (…) A los cuales hablándoles yo de esta maldad que cometían, y agravándoles la fealdad del pecado me respondieron, que ellos no tenían la culpa, porque desde el tiempo de su niñez los habían puesto allí sus caciques, para usar con ellos este maldito y nefando vicio, y para ser sacerdotes y guarda de los templos de sus indios.”


En los casos vistos hasta aquí, nuestros protagonistas han sufrido muchas veces un travestismo no elegido, sino impuesto por determinados esquemas socioculturales. Otras veces obedece a la necesidad u obligación de cumplir con ciertos rituales y liturgias asociados al ejercicio del poder, como fue el caso de la faraona Hatshepsut (siglo XV a. de C.), que en algunas imágenes que se conservan de ella aparece con barba, y no es de descartar que en ciertas ocasiones tuviera que llevar una postiza.

Retrato esculpido en granito de Hatshepsut: una faraona con toda la barba

Pero también existen situaciones de travestismo que obedecen a la necesidad de supervivencia o, en el caso de muchas mujeres, al deseo de empeñar ciertos cometidos u oficios que estaban vetados al género femenino. De esto tenemos muchos casos documentados en la Historia. Quizás uno de los más destacados es el de la Papisa Juana. Existe la creencia de que en el oscuro y lejano siglo IX, la tiara papal fue portada por una mujer. No está clara la fecha exacta de su pontificado, pero pudiera ser que Benedicto III, o quizás Juan VIII, hubiera sido en realidad una tal Juana. La leyenda cuenta que se trataba de una mujer muy instruida que se vistió de hombre para entrar en un monasterio y juntarse con su amado, y una vez allí, inició una brillante carrera eclesiástica que la llevaría hasta la silla de Pedro.
La Papisa Juana inmortalizada en la
carta número II de los Arcanos Mayores del Tarot

Se dice también que, a comienzos del siglo XV, una tocaya suya llamada Juana de Arco, dirigió la tropas francesas contra los invasores ingleses vestida de caballero, según declaró en su juicio, “por orden de Dios”.


En el siglo XVII, una tal Mary Read consiguió alistarse en la armada inglesa gracias a su atuendo masculino. Posteriormente sería apresada por un barco pirata y se uniría a ellos. Ejerció la piratería hasta que fue detenida cerca de las costas de Jamaica.


Uno de los casos más extraordinarios de que se tiene constancia ocurrió en el siglo XIX, el del doctor James Barry, alter ego de Margaret Ann Bulkley. Se vistió de hombre para poder estudiar en la Universidad, y ejerció durante décadas la medicina en las colonias británicas. Después de su muerte, y mientras se preparaba el cuerpo para la sepultura, se descubrió, para escándalo y asombro de todos, que ¡era en realidad una dama!.


En los últimos años, el que quizás haya sido el caso más asombroso de travestismo es el de la portuguesa María Teresinha Gomes. En 1974, mientras se celebraba la fiesta del Carnaval, adoptó la identidad de un tal General Tito Aníbal da Paixão Gomes, con la que se dedicó a realizar, durante dieciocho años, múltiples estafas sin que sus víctimas se dieran cuenta. Después de su detención, y durante su juicio, incluso la mujer con la que había convivido todo este tiempo, y con la que simulaba estar casado, una tal Joaquina Costa, confesó al tribunal que no conoció la verdadera identidad sexual del "general" hasta su separación ¡quince años después!.

El "General Tito" durante el juicio en 1993

En fin, como ven, esto del travestismo, aunque en el cine y en el mundo del espectáculo casi siempre ha sido utilizado para generar enredos y situaciones cómicas, en realidad es una cosa muy seria.  


Y les dejo con dos fragmentos de vídeo. El primero corresponde a la película española "Mi querida señorita", dirigida por Jaime de Armiñán en 1971, y protagonizada por el genial actor José Luis López Vázquez. El segundo corresponde a la película norteamericana "Con faldas y a lo loco" ("Some like it hot"), dirigida por Billy Wilder en 1959, en el que la maravillosa Marilyn Monroe nos interpreta su inolvidable "I wanna be loved by you".





Saludos.

viernes, 11 de noviembre de 2011

SALTO ATRÁS

Reconozco que salir de excursión de noche es algo inusual. Quizás por eso, por su rareza, me animé a ir. Además esa noche había luna llena, lo que hacía la experiencia aún más interesante. Se trataba de ir a visitar las ruinas de un pueblo que había sido abandonado mucho tiempo atrás, cuando se proyectó construir una presa que finalmente no se llevó a cabo, pero sus antiguos habitantes, reubicados en un lugar más alto, y en mejores viviendas, nunca más volvieron.



El minibús nos llevó a través de una carretera que atrasaba un pequeño bosque hasta entrar al valle donde estaban las ruinas de la aldea. Sería la media noche cuando llegamos allí el pequeño grupo de excursionistas y el guía. Nos bajamos en lo que debió haber sido la plaza y desde allí empezamos a recorrer las callejuelas de lo que quedaba de aquella población.


El guía nos iba explicando cada detalle y cada rincón del lugar donde había nacido, y que tuvo que dejar siendo niño. Nos habló de la gente que vivía en cada casa, y de todos los pormenores de las calles que íbamos pisando. Y todo ello iluminado por la intensa luz de la luna llena que daba al lugar una apariencia con extraña mezcla de ensoñación y laberinto fantasmagórico.


Después hacer la ruta por los principales lugares del pueblo, el guía nos dirigió de nuevo al punto de partida. Y allí pudimos descansar. Pero como aún faltaba una hora para que llegara a recogernos de nuevo el minibús, nos dijo que, si queríamos, podíamos seguir paseándonos por aquellas ruinas. Y yo aproveché para perderme, por un momento, por las silenciosas callejuelas, y, entre aquellos viejos muros, casi mágicos, medio ocultos por la penumbra, vagué durante un rato, sin imaginarme la sorpresa que me esperaba.



Había dejado ya muy atrás la plaza donde estaba el resto de los excursionistas y me interné por una estrecha calle que aparentaba desembocar en otra más ancha. Y, cuando doblé la esquina, me encontré, de repente, que por aquella calle más ancha las viviendas no estaban derruidas.



Pero si aquí vive gente…—Me dije para mí mismo, mientras pisaba un empedrado muy pulcro y, aparentemente, recién arreglado. Las casas de esa calle también aparentaban nuevas, con sus paredes de piedra bien cuidadas, y pintadas de un tono rojizo. La estuve recorriendo durante un rato al tiempo que me preguntaba quién viviría allí. Supuse que estarían todos durmiendo, porque las ventanas no se veían iluminadas, pero me extrañó no ver ningún vehículo aparcado, ni farolas, ni cables eléctricos. Y aún más me sorprendió ver una carreta antigua en medio de la calle. En las cercanías, también se adivinaba lo que parecía ser una huerta muy bien cuidada.



En aquel instante, me percaté de que ya era demasiado tarde y, volviendo sobre mis pasos, alcancé de nuevo la plaza, donde ya se había concentrado todo el grupo. Estuvimos charlando un rato hasta que pude acercarme al guía para preguntarle:

—¿Es que están rehabilitando el pueblo?. Por allí abajo hay una calle preciosa, con casas rojizas, que parecen nuevas. ¿Hay gente viviendo ya en ellas?.

A la clara luz de la luna llena pude ver cómo al guía se le demudaba el rostro, mientras me contestaba:

Imposible, el pueblo lleva cincuenta años abandonado, y esas casas rojas que usted nombra hace mucho tiempo que están en ruinas.



-oooOooo-

El protagonista de nuestro cuento había sufrido un extraño fenómeno conocido como salto temporal. Existen varios relatos de personas que afirman haberlo vivido. Y la fenomenología es muy parecida en todos los casos. Estas personas cuentan que, paseándose por un lugar, al doblar una esquina, atravesar una puerta, o cruzar un puente, se han visto de repente como si hubieran retrocedido a un tiempo pretérito, y se encuentran en ese mismo lugar pero con el aspecto que tuvo hace muchos años, incluso siglos. Hay casos en los que también se cuentan encuentros con gente vestida con ropa de otras épocas. Además, son experiencias que suelen durar muy poco tiempo, apenas unos minutos.

¿Qué explicación podemos encontrarle a esto?. Pues, racionalmente, podríamos entender, de entrada, que se trataría de un fenómeno de autosugestión inconsciente. Como si consistiera en una especie de ensoñación inducida por la especial atmósfera de determinados lugares. Sin embargo esto no explica que se den detalles que los propios protagonistas del fenómeno, en principio, no podrían conocer. Otra explicación, ya más al estilo junguiano, es que la visión correspondería no a un salto en el tiempo como tal, sino a una especie de “rastro energético” que quedaría atrapado en el lugar, como una especie de foto fija, como una imagen congelada en el éter, que por especiales circunstancias, permanece allí, y que sólo personas con una sensibilidad especial, o en un especial estado de consciencia, son capaces de captar. Sería algo parecido a las psicofonías a nivel de sonidos.


Una tercera posible explicación, ya más arriesgada, es que en estos sucesos haya habido realmente un salto hacia atrás en la dimensión temporal, y que el sujeto haya cruzado involuntariamente una “barrera o puerta invisible” que se haya situado físicamente en un tiempo anterior. Pero para esto la Física aún no tiene respuesta.



Anne Moberley y Eleanor Jourdain
Entre los casos mejor documentados, y más discutidos, destaca la experiencia que vivieron dos maestras inglesas, Anne Moberley y Eleanor Jourdain, el 10 de agosto de 1901, durante un paseo por las inmediaciones del palacio de Versalles (Francia). Ambas damas tenían un alto nivel cultural, eran sensatas, equilibradas, y ninguna tendía a ser crédula ni neurótica. Ese día, con la intención de dirigirse al Pequeño Trianón, y enfrascadas en la conversación, aparentemente confundieron el camino y tomaron un sendero en otra dirección. Y, siguiendo ese camino, empezaron a ver personas, edificaciones y paisajes que luego identificaron como pertenecientes al siglo XVIII. Destaca también en su testimonio que las dos mujeres “comenzaron a sentir una cierta opresión (de forma independiente; no comentaron el hecho en aquel momento); observaron que su entorno era curiosamente llano, y ambas tuvieron la sensación de que el paisaje se había vuelto bidimensional.” En años posteriores se dedicarían ellas mismas a investigar el suceso, y aclarar los hechos, es decir, que lo que habían visto era ese mismo lugar tal y como había sido dos siglos antes.   


Como ven, este, al igual que otros “temas fronterizos”, como yo los llamo, pone a prueba nuestra racionalidad, y los esquemas mentales sobre la naturaleza de un universo lleno de misterios. Y ustedes, ¿han vivido alguna experiencia de este tipo? ¿Qué opinan?. Y les dejo con el vídeo clip de la preciosa canción "Moonlight Shadow" (1983), del músico británico Mike Oldfield, y con la maravillosa voz de Maggie Reilly, que nos cuenta también cosas que ocurren bajo la luz de la Luna.




Saludos.

jueves, 3 de noviembre de 2011

EL PROYECTO VENUS: UNA UTOPÍA NECESARIA

En la Roma arcaica, Venus era la diosa protectora de los huertos y de los jardines, y personificaba la armonía y la comunión del ser humano con la naturaleza. Sus hermanas Flora y Diana, protectoras de los prados y los bosques, respectivamente, representaban la naturaleza salvaje. Con el tiempo, y con la asimilación de la mitología griega, Venus recibió los atributos de Afrodita, y pasó a ser también diosa del amor, de la belleza y la fertilidad, y, como tal, a regir sobre los ciclos del agua (por la asociación arquetípica entre este elemento y el amor), y a ser portadora de la paz, la alegría y la prosperidad. Y los flujos de energía cósmica, que rigen sobre las coincidencias, han determinado que sea precisamente en un lugar llamado Venus, en Florida (EE.UU.), donde se haya puesto en marcha uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos tiempos dirigido, precisamente, al establecimiento de una nueva forma de vida sobre el planeta, en la que la paz, la prosperidad y la armonía con la naturaleza sean las bases de su desarrollo. Hoy el viento, con aire fresco y olor a esperanza, nos trae noticias del Proyecto Venus.


El Proyecto Venus es una organización sin afán de lucro fundada por Jacque Fresco y Roxanne Meadows en 1995, y cuyo objetivo es el diseño de una nueva sociedad a nivel global, sostenible y con una economía basada en los recursos naturales. No obstante, esta idea ya había empezado a gestarse desde 1975. Y en la localidad de Venus, Fresco, diseñador industrial nacido en Nueva York en 1916, tiene construidos ya 10 edificios siguiendo sus ideales arquitectónicos, y basados en la óptima calidad de los materiales, la eficiencia energética y el respeto al medio ambiente.

Jacque Fresco y Roxanne Meadows

Construcciones modelo del Proyecto Venus en Florida (EE.UU.)

El punto de partida del Proyecto Venus es la crítica al actual sistema económico y social, regido por el sistema monetario. Según ellos, la economía basada en la posesión del dinero sólo genera desigualdades, estratificación social, violencia y sufrimiento. Y a esto no han escapado ni el capitalismo, ni el comunismo, ni el fascismo. Dicen que: Mientras un sistema social utilice el dinero o el trueque, la gente y las naciones tratarán de mantener la ventaja competitiva económica o, si no pueden hacerlo por medio del comercio, lo harán a través de la intervención militar”. Añaden que: Nuestro sistema monetario actual no es capaz de proporcionar un alto nivel de vida para todos, ni puede garantizar la protección del medio ambiente ya que el motivo principal es el lucro”. La agricultura, la industria y el sector servicios no trabajan para satisfacer las necesidades materiales de la humanidad sino para generar beneficios monetarios, y ello lleva parejo la destrucción de alimentos, la sobrexplotación de los recursos naturales, y el desempleo, la miseria y la infelicidad de buena parte de la Humanidad, porque sólo se atiende  a los intereses del mercado.

El actual sistema económico provoca gravísimas desigualdades en el nivel de vida.
Con el coltán que este niño congoleño extrae de la mina en la que
trabaja se fabrican teléfonos móviles con los que otros niños juegan.
Según Fresco, las leyes y la política se han vuelto incapaces de resolver los problemas reales de los seres humanos, y ya sólo son marionetas en manos de los especuladores financieros.



Y, a pesar de que los avances tecnológicos han sido significativos en los últimos tiempos, el diseño social ha permanecido inalterado desde hace siglos. Fresco también critica la utilización de la ciencia y la tecnología en beneficio de los intereses monetarios. Y prueba de ello es la existencia de la obsolescencia planificada. Recuerde quien esto lea que la obsolescencia planificada o programada es la determinación, planificación o programación de la vida útil de un producto, para que se estropee, deje de funcionar, o se vuelva obsoleto tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante, con el fin de que el consumidor tenga la necesidad de volver a adquirir otro nuevo, y así producir beneficios constantes a la industria. Esto supone, entre otras cosas, un derroche irracional de recursos y la peligrosa acumulación de los residuos.



Por otro lado, las energías renovables y limpias no interesan a las grandes compañías energéticas por eso precisamente, porque son baratas y generan pocos beneficios, y al basarse en recursos abundantes no se puede especular tan fácilmente con ellos.



La alternativa del Proyecto Venus es lo que ellos llaman una Economía Basada en Recursos, definida como el sistema socioeconómico en el cual los bienes y servicios están al alcance de todos los seres vivos sin necesidad de dinero, crédito ni trueque. Todos los recursos se consideran herencia común de todos los habitantes”. La premisa en la cual se basa este sistema es que nuestro planeta es abundante en recursos, y hay de todo para todos, aunque nos quieran hacer creer lo contrario. La base de la economía basada en recursos es una tecnología avanzada, que ya existe, capaz de producir alimento y otras necesidades básicas para toda la Humanidad, pudiendo cualquiera disfrutar de un alto nivel de vida. Jacque Fresco también otorga especial importancia al desarrollo de un sistema educativo que favorezca un cambio de mentalidades en la dirección de esta nueva manera de entender la economía y las relaciones humanas. Y, por supuesto, utilizando un sistema energético sustentable y no contaminante.


El modelo energético del Proyecto Venus se basa en la combinación de
diferentes fuentes de energías renovables.
Para Fresco, el primer paso en la transformación de la realidad está en la toma de conciencia y la ruptura de los esquemas mentales con los que hemos sido educados desde la superestructura ideológica asociada al sistema de economía monetaria. Y, en relación a ello, en los últimos años se ha dedicado a dar conferencias y a promocionar sus ideas a través de diferentes medios, y, además, desde su sitio web.

Levanta el culo y haz un lugar mejor. En vez de esperar que Dios esté arriba y rezar: “Dios, danos paz en la Tierra y buena voluntad a todos” ¿Qué demonios significa eso?. ¡Nada!”

Fresco, además, piensa que nuestras ciudades son inservibles para poner en práctica el nuevo sistema, ni aún adaptándolas. Propone la construcción de nuevas ciudades basadas en la optimización de los recursos, en el uso de materiales y tecnología de alta calidad, y en la armonía con el medio ambiente.





Ciudades ideales del Proyecto Venus
La gran diferencia del Proyecto Venus con otras utopías es que los recursos humanos y tecnológicos para llevarlo a cabo ya existen, y sólo habría que dirigirlos hacia unos objetivos distintos a los actuales.

El Proyecto Venus es también como una voz en el desierto, un grito que nos pretende despertar del sueño y la ignorancia en que vivimos inmersos, o más bien en el que se pretende que vivamos inmersos, mientras nuestro  planeta y sus habitantes vamos camino del abismo. Además, no sólo critica sino que propone alternativas viables.
“La guerra siempre ha sido un gran negocio. ¡Métanselo en la cabeza!. Su función no es llevar democracia a otros países. Es para explotarlos. Usarlos de cualquier manera posible”

Por otra parte, aunque de entrada esta alternativa parezca basarse fríamente en un uso distinto de la tecnología, sus auténticos cimientos están en unos principios morales universales que nunca han desaparecido, pero que han quedado ignorados y ensombrecidos por una cultura que sólo busca satisfacer al insaciable ego. Se trata, en definitiva, de buscar el camino que nos lleve de nuevo a las puertas del jardín de Venus.


Es para pensarlo, ¿verdad?. Y les dejo con tres fragmentos de vídeo. El primero es una presentación del Proyecto Venus. Y en el segundo y el tercero el propio Jacque Fresco nos cuenta su visión del mundo y sus interesantes propuestas para hacer más feliz la vida de los seres humanos en este rincón del Universo.








Saludos.
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