viernes, 28 de octubre de 2011

COSTUMBRES FUNERARIAS

Bueno, y llegando a finales de octubre, toca recordar a los difuntos, aunque en este blog, de alguna u otra manera, realmente pocas veces se habla de otra cosa, jajaja. Hoy el viento nos trae el recuerdo de las diferentes formas en las que el ser humano ha pretendido preservar la memoria las personas con las que ha compartido la vida, y ya han tomado ese misterioso camino hacia la eternidad. Pero, para hacerlo alegre, hoy nos centraremos en algunas curiosidades al respecto de las costumbres funerarias. Así que pasen y vean.



Desde la noche de los tiempos, la Humanidad primitiva siempre consideró, o quiso considerar, que la muerte no suponía el fin de la existencia, y que, de alguna manera, la vida continuaría después de ella. Y, por otra parte, el dolor y el vacío que producía perder a una persona querida llevaron a que se buscara la forma de conservar, de algún modo, sus restos materiales, en un afán por aferrarse a la memoria de su presencia en el mundo. Este fue el origen de los rituales mortuorios. Paradójicamente, la mayor fuente de información que tenemos sobre la vida de nuestros ancestros procede precisamente de los enterramientos.

Ya el hombre de Neanderthal dejó constancia de su creencia en la transcendencia de la vida al dejar ciertos objetos junto a los cadáveres enterrados, a los cuales, a su vez, se les ubicó en lugares determinados para poder ser visitados y honrados de vez en cuando. En la misma cueva de Shanidar (Irak), que ya citamos en una entrada anterior, aparecieron los restos de un anciano (de hace unos 50 mil años) revestidos de una capa de tierra con una cantidad enorme de polen fosilizado, lo que indica que fue cubierto de flores.

Reconstrucción Idealizada del poblado de Çatal Hüyük
En el Neolítico (surgido desde hace unos 10 mil años), quizás por la creencia en la resurrección de la carne, se comenzó a rodear a los difuntos de los objetos más preciados que les habían acompañado en vida, aparte de recipientes con alimentos. Entre estos objetos más preciados, ocupaban un lugar destacado las armas de combate. Así en el yacimiento de Çatal Hüyük (Turquía), encontramos lanzas y puñales junto a los hombres, y espejos y peines junto a las mujeres. Ya digo, cada uno con sus armas.
Espejo de obsidiana pulida, como los que usaban las narcisistas en Çatal Hüyük

Procedentes de esta misma época, bajo antiguas viviendas de la actual Palestina, encontramos restos humanos. Es decir, que los difuntos eran enterrados bajo el suelo de su propio hogar. ¡Pero, sin cabeza!. Porque ésta, una vez descompuesto el cuerpo, era extraída y sus antiguas facciones eran reconstruidas con arcilla, pasando hacer compañía, a modo de reliquia, a los vivos en un lugar destacado de la casa.
La reliquia del abuelo

En relación a la necesidad de conservar el cuerpo para una futura resurrección, nadie como los antiguos egipcios para ello, porque desarrollaron una tecnología muy avanzada con el objetivo de preservar los cuerpos de la descomposición. Se sabe que en épocas muy antiguas, hacia 3000 años a. de C., la momificación estaba reservada sólo para la élite dominante. Pero con el tiempo se fue “democratizando”, y se hizo accesible para todo aquel que pudiera pagar por ella. Incluso se han encontrado momificados animales domésticos, como bueyes, gatos y hasta una mantis religiosa, por la que parece ser que alguien sintió también un especial cariño, y es que hay gente para todo. Pero entre los antiguos canarios, emparentados remotamente con los egipcios, la momificación siempre fue privilegio de los oligarcas, incluso la palabra que tenían para designar a las momias, jajo, se parece mucho al vocablo egipcio sahu, que también significa momia.
Momias egipcia y guanche

Estela funeraria griega
Sin embargo, entre los pueblos indoeuropeos se generalizó la incineración del cadáver antes de ser enterrado. Las cenizas (que no siempre eran tales, sino más bien restos de huesos calcinados) se depositaban en una urna o directamente en un hoyo, que luego era cubierto con una estela funeraria. Por eso de la Antigüedad Clásica, pocos son los restos humanos que conservamos. Pero los antiguos romanos, ellos siempre tan prácticos, tenían por costumbre mandar a esculpir un retrato del fallecido a partir de máscaras mortuorias (hechas de cera). Y gracias a eso sabemos qué cara tenían los romanos, quiero decir qué aspecto, jeje.
Patricio romano portando las efigies de sus antepasados
Con el contacto de la cultura egipcia y la aparición del Cristianismo, en el Imperio Romano tardío empezó a generalizarse el enterramiento de los cuerpos. No así en la India, donde la costumbre de la cremación se conserva hasta nuestros días. Aunque, curiosamente, uno de los monumentos hindúes más conocidos en el mundo es precisamente un una tumba-mausoleo musulmana, el Taj Mahal.

Torre del silencio en Yazd (Irán)
En el antiguo Imperio Persa, devoto de la religión de Zoroastro, los cuerpos fallecidos no eran incinerados ni enterrados, sino que eran situados en unas construcciones muy altas, llamadas torres del silencio, donde los cuerpos eran pasto de las aves carroñeras. Esta costumbre de devolver el cuerpo al ciclo de la naturaleza también la practicaban algunos pueblos de América del Norte y, hoy en día, los tibetanos.

Entre las culturas del Extremo Oriente, los rituales funerarios tradicionalmente siempre han sido muy complejos, y algunos duran desde varios días a varias semanas (como en algunas islas de Indonesia). En China y Japón, donde se ha extendido el budismo, se ha generalizado la incineración, cosa que también tiene su lógica, aparte de su razón religiosa. Porque en estos países densamente poblados se entiende que es preferible dejar sitio para los vivos.


Cementerio japonés

Por su parte, para los musulmanes, el enterramiento es en cierto modo una metáfora del retorno al vientre materno, y el cuerpo es depositado en la tierra limpio y desnudo, sólo cubierto por un sudario, y sin ningún tipo de ataúd ni ajuar. Las tumbas, salvo excepciones, suelen ser también muy austeras.

Volviendo a Europa, tenemos el caso curioso de los enterramientos vikingos, que, para los guerreros importantes o miembros de la oligarquía, se hacían en una fosa con forma de barco. Entre los restos encontrados, de momento no ha aparecido ningún casco con cuernos, por lo que concluimos que esa imagen tradicional de los vikingos es pura leyenda.
Casco vikingo falso


Sepultura de un dignartario
maya, en Palenque (Chiapas, 
E.U. Mexicanos)
Y dando un salto oceánico, vemos cómo las grandes civilizaciones americanas prestaron también una atención especial al tratamiento de los cuerpos difuntos. Entre los aztecas y mayas la incineración fue lo más habitual, y las cenizas eran depositadas en urnas cerámicas. Los enterramientos solemnes sólo estaban reservados para los grandes mandatarios, a los que se le acompaña con toda clase de lujos y riquezas. Los aztecas también enterraban a las personas que habían muerto ahogadas, a los gotosos, hidrópicos y mujeres parturientas. Esto último tiene que ver con que la diosa Mictecacihuatl, “la Señora de las Aguas” según la lengua náhuatl, era la reina del Mictlán (el mundo de la paz eterna) y era la encargada de custodiar los huesos de todos los muertos. Según la leyenda, esta diosa había muerto al nacer, y por ese motivo era considerada también como la “Señora de la Muerte”. El culto a Mictecacihuatl aún sigue vivo en México, personificada en la figura de la Santa Muerte.
Representaciones de Mictecacihuatl y de la Santa Muerte

Para las antiguas culturas peruanas también se consideró importante la conservación del cuerpo, y los cadáveres eran sometidos a un proceso de desecado, o sepultados en lugares donde el frío o la aridez les preservaran de la descomposición. Igualmente partían hacia su viaje eterno rodeados de alimentos y todo tipo de objetos, dependiendo, por supuesto, de su rango social.


Reconstrucción idealizada de la cámara funeraria del Señor de Sipán
 (Lambayeque, Perú), perteneciente a la cultura mochica.

Y, por lo general, se entiende que el lugar donde son depositados los restos será la morada definitiva del difunto, por lo que se suele decir eso de “Descanse en paz”. Pero no para los finados de Madagascar. Allí, cada cinco años como mínimo, desde el fallecimiento de la persona, se celebra el Famadihana. Esta costumbre, posiblemente originaria de sus ancestros indonesios, consiste en la apertura de los sepulcros y la extracción de los huesos, que son depositados en una estera, y para luego bailar con ellos en una gran fiesta. Al terminar la celebración, el difunto es obsequiado con regalos, y depositado de nuevo en su sepulcro, donde descansará… hasta la siguiente fiesta.



Pero para fiestas las que se están organizando últimamente en China, ese gran país. Allí existe la creencia de que cuanta más gente acuda a los funerales más suerte vendrá para la familia. Por lo que esta última despedida, y con el fin de atraer al público, se acompaña de todo tipo de espectáculos, que pueden incluir un striptease. Y es que los chinos se han modernizado mucho.



Ya se sabe, renovarse o morir..., jajaja. Y al respecto de todo esto, y como colofón a la entrada podemos quedarnos con una frase del filósofo Epicuro, que nos dijo:

“La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, 
nosotros no somos”


Y les dejo con un vídeo clip del cantante español don Pere Pubill i Calaf, más conocido como Peret, el rey de la rumba catalana, quien, acompañado del grupo Ojos de Brujo, nos interpreta una nueva versión de su conocido tema "El muerto vivo", del año 2009.




Saludos.

16 comentarios:

  1. Excelente...

    ♫♪ no estaba muerto, estaba de parranda ♫♪♫♪♫♪

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  2. Que cosas...Creo que en la edad media se pagaba un impuesto por morirse. Se le cobraba a la familia del finado y se llamaba luctuosa, al fin y al cabo, que se le muriera un siervo no dejaba de ser una buena faena para su señor...

    Al paso que van las cosas igual lo vuelven a implementar ;D

    Es muy interesante la manera en que durante miles de años hemos intentado deseperadamente mantener el contacto con los que "dejaron de fumar", Rober, Muchas gracias por compartirlo. Un beso

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  3. Rey santo has omitido las celebraciones internacionalmente conocidas de el Día de muertos en Michoacan, ya luego yo haré un post sobre ello nene jujujujuju...

    Muy interesante como los seres humanos hemos ido evolucionando y conviviendo con la muerte y bueno es una de las cosas mas dolorosas y extrañas.

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  4. Aprovechando que comento después de leer a Alvarito: siempre me sorprendió el culto festivo a los muertos que tienen en México. Calaveras y diablitos...Es una buena forma de enfrentarse a la muerte, hacerla nuestra y reirnos un poco de élla.

    He leido hace poco que el Taj Mahal está a punto de caerse si no hacen algo con urgencia. Sería una pena. Porque es una de las mayores y más transcendestes muestras de amor de la historia.

    Otro sobresaliente para tu post.

    Besos y agur

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  5. Bien documentado y ameno hasta para hablarnos de la muerte, constante en mi vida y no porque la tema.

    Lo de Madagascar es la h[...] pero lo de los chinos y el numerito de striptease ya es la h[...] p[...].

    En cuanto a impresionarme un pelín, fue un docu del Tibet que pasaron por la 2. Era sobre un hombre que se subió una montaña altísima con la mujer muerta a cuestas, la troceó y después esperó a que las aves carroñeras acabasen con todo. Se supone que con el alma se va volando con los pajarracos o algo así. He visto que has puesto una foto de "eso" pero en la tele, como que daba más... cosa. De todas maneras ¿qué más da que sean los pájaros o los gusanos? Lo que pasa es que yo soy más tradicional, y me va más lo de la gusanera.

    Un vivo abrazo

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  6. La muerte... jejeje... qu sigue siendo un negocio de vivos.

    Y, digo sigue porque, a lo que tu en tu amabilidad has señalado como "democratizacion" de las momificaciones en el antiguo Egipto no fue mas que lo que es hoy un servicio funerario: un negocio de vivos... muy vivos.

    Aqui, en Barcelona, "enterrar" un cadaver familiarmente, sobrepasa los 9.000 eurines.
    ¿Alguien da mas?

    Feliz pueste y feliz dia de difuntos.

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  7. Tu entrada es como siempre excelente y muy completa.Precisa y curiosamente tengo pensado publicar dentro de nada una entrada sobre una momia preincaica que tuve ocasion de ver
    Un comentario: La frase que señalas no es de Machado (aunque quizas el tambien la utilizo) sino de Epicuro, y aparece en la "Carta a Meneceo"
    Un abrazo

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  8. Como siempre, un post para enmarcar. Eso sí, nunca entenderé ese poco higiénico rito que hacen en la India de tirar los cadáveres al Ganges...

    Besos.

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  9. Yo en mis disposiciones finales le tengo dicho a mi novio lo siguiente:

    Si tengo velatorio al uso, que me vistan con el hábito carmelitano, y que me pongan almohadón en la cabeza (yo sufro mucho del cuello y no sé estar tumbado sin almohada), lo del hábito es devoción privada...

    Después que me incineren, que echen mis cenizas en un bote de COLACAO limpio y sin etiqueta, y que se lo rifen (salvo que lo quiera mi novio) entre los asistentes, y al que le toque tiene permiso para hacer con ellas lo que absolutamente quiera, menos, excluyo expresamente, tirarme al water...

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  10. Yo-Mero: Bueno, tocaba hablar de estos temas, aunque yo he procurado hacerlo de la manera más entretenida y alegre posible. Y esa canción es estupenda, ¿verdad?, jajaja. Pero ¿cómo escribiste esas notas musicales?, jajaja.

    Alma: No conocía ese detalle que me comentas, pero no me extraña que pasara eso en el Medievo, cuando los siervos eran casi como esclavos. Afortunadamente el mundo ha mejorado en ese sentido, pero espero que a este paso no retrocedamos tanto, jajaja. Ya ves, y las costumbres funerarias y toda la ideología que llevan pareja realmente han evolucionado poco, y podemos pensar que, en ese sentido, seguimos conservando un "primitivismo" que nos es difícil de superar.

    Eva: Estoy de acuerdo contigo en que es un tema fascinante. Y, si nos desprendemos un poco del repelús que de entrada nos pueda causar, vemos que de las costumbres funerarias se puede aprender mucho del mundo de los vivos, y de la manera con que la gente trata el tema de la trascendencia de la vida, y todo ello mezclado con la economía, las relaciones sociales, familiares... En fin, es todo un mundo.

    Álvaro: Confieso que no soy tan conocedor de la cultura mexicana como tú de la española. Discúlpame si la omisión ha sido ofensiva, pero también, como sabes, es necesario abreviar, y quería centrarme más en el pasado precolombino. Y que conste que de México he dicho más que de España, jajaja. Por otra parte, como decía a Alma, realmente creo que en este sentido hemos evolucionado poco, a pesar de los avances tecnológicos, porque los miedos, el misterio, las dudas y las esperanzas siguen siendo las mismas.

    Zowi: Pues sí, quizás en México sea uno de los países donde el Día de Difuntos se celebra de esa manera tan festiva, y, como vemos, esto tiene sus antecedentes en la cultura azteca. Pues ahora me entero de esa noticia sobre el Taj Mahal, y espero que lo solucionen pronto, es un monumento precioso que no se debería dejar perder, y no sólo por su belleza en sí sino, como tú apuntas, por la historia de amor que hay detrás de su construcción. Y ¿qué sería del arte sin el amor?, jajaja.

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  11. ◊ Dissortat ◊: Sí, he intentado hacerlo ameno, evitando imágenes demasiado fuertes, aunque las de las momias quizás puedan herir alguna sensibilidad (espero que no). Tienes toda la razón, lo de Madagascar es una pasada, jajaja, y parece que últimamente las iglesias tanto católica como protestantes en ese país han intentado poner fin a esta costumbre ancestral, y ya sólo se practica en lugares recónditos del país. Bueno y de los chinos ¿qué vamos a decir?, se han empeñado en modernizarse y luego pasan estas cosas, jajaja. Recuerdo haber visto yo también ese documental que mencionas, pero en esa parte cambié de canal, me parecía de una crueldad insoportable para mi sensibilidad, y la foto que he puesto creo que es bastante suavecita en comparación con aquello, jajaja. Bueno, los cristianos ponen en todas partes la imagen de Cristo muerto en la cruz y después de haber sido torturado,... y habrá por esos mundos quien piense que eso es una aberración. Ya se dice que el hombre es un animal de costumbre.

    Salamandra: Pues sí, todo lo que atañe a la muerte es también un sector económico, y ya lo era desde el Antiguo Egipto. En la fabulosa novela "Sinuhé el egipcio", de Mika Waltari, se nos cuenta cómo la gente se pasaba toda la vida ahorrando para poder ser momificado en condiciones. Porque había momificaciones baratas y otras digamos que de "alta gama". La cosa es que los mandamases de turno y la gente adinerada de todas las épocas han creído miserablemente que por tener una mejor sepultura iban a ir a un mejor sitio que los pobres, y que, cuando resucitaran, iban a seguir disponiendo de su poder y sus riquezas en las misma medida. ¡Pobres idiotas!.

    Juanjo: Pues ya espero con ansias eso que adelantas. Yo también he visto momias de verdad y la verdad es que parecen como muñecos, y no dan ningún miedo, aunque las películas luego pretendan explotar un lado morboso que en realidad no tienen, jeje. Y gracias por la corrección, ahora mismo voy a cambiarlo. Ya sabes, son las cosas de Internet, que no siempre encuentra uno datos fiables, jajaja.

    Christian: Es que hay algunos rituales que son un atentado contra la higiene y la salud pública, por mucha religión y buenas intenciones que haya detrás. Y el río Ganges debe ser uno de los más contaminados del mundo, pero a la gente que vive a sus orillas parece que no les afecta mucho. Algunos icluso se lavan y hacen abluciones rituales en sus aguas. También tienen un templo donde rinden culto a las ratas. Sin duda, los hindúes, aparte de ver el mundo de otra manera, deben tener un sistema inmunológico a prueba de bomba. Y que conste que lo digo con todo el respeto y la admiración por la cultura hindú.

    O.G.G.: ¿Estás bromeando?. ¿Pero tú no eras católico?. Lo del hábito es algo que se puede entender, pero de poner las cenizas en el bote de Colacao es un poco aventurado. Bueno, la incineración está ganando terreno cada día, y, si no me equivoco, la Iglesia la acepta siempre y cuando no se esparzan las cenizas. Pero ahora que lo pienso, si el plástico no es biodegradable, y tarda siglos en descomponerse, como morada de descanso eterno tampoco estaría nada mal, jeje.

    Saludos, gracias y besos para todos.

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  12. Genial, como siempre. Muchas gracias.

    De este tema me da mucha pena que esos ritos funerarios condicionen la vida de los que siguen vivos para pagar los grandes gastos que eso representa, ya sean los suyos propios o los de sus familiares. Las costumbres funerarias de los Toraya o Toraja, un pueblo de Sulawesi (o Célebes, en Indonesia), son tan complicadas que un muerto puede esperar años a que se celebre su funeral. En la India los ancianos mendigan leña para que se les pueda incinerar tras su muerte. Mis abuelos pagaban unas cuotas a una mutua para que se hiciera cargo de su entierro... En fin creo que eso es exagerado.

    Un abrazo.

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  13. Peace-for-ever: Estoy de acuerdo contigo, los ritos funerarios a veces adquieren una dimensión que sobrepasa lo razonable. Lo que nombras de Célebes es realmente excesivo, y todo eso se enreda con las relaciones económicas y sociales, el juego de las apariencias... y acaba complicando la existencia de los vivos, mientras que a los difuntos poco favor se les va a hacer realmente. Y es una cadena muy difícil de romper. Creo que complicarse la vida por ello es un absurdo total, y habría que buscar un punto de equilibrio entre una despedida digna y el sentido común. Una forta abraçada.

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  14. En los archivos del viento
    escribo a tiento
    esta calavera tan sentida
    que te escribo mi vida
    a la muerte burlas Tenique
    con tu sublime encanto
    ya de tanto en tanto
    Solo te lastimas el menique.

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  15. ¡Muchas gracias, Alvarito!. Nunca me habían dedicado una calaverita, y qué cosa más bonitas me dices, y todo tan bien rimado, jeje. Muchas gracias otras vez, cielo, un beso y un fuerte abrazo.

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